lunes, 30 de enero de 2012

Dia 1. Nuestra llegada.

Suena el despertador a las cuatro de la mañana, bocadillo de media barra, maletón y mezcla de nervios con "elchorizodeanochenotesentóbien". Cierro la puerta con delicadeza rezando por no olvidarme nada, repaso mentalmente mi bolsa y me voy. Ofer me asusta con el desorbitado tamaño de su maleta, (¿que coño lleva él que yo me este olvidando? .... ¡a fregar!). Llegamos al aeropuerto y estámos solos por primera vez; ya empieza la aventura. Cruzar las puertas del aeropuerto representa cruzar las puertas de nuestro viaje. Y una mierda. Chúpate un vuelo a Zurich donde no puedes comprarte nada porque no sabemos como estan los francos, y luego otro cruzando el mediterráneo. Cruzar los alpes es fascinante, un mar de montañas, nubes y nieve hasta donde alcanza la vista.

Luego nubes y mar... psá. Ofer duerme como un bebe, ¿le meto algo en la nariz? ¿en la oreja? Al final yo consigo conciliar un poquito el sueño. Los suizos nos cuidan muy bien, nos dan comida para parar un tren y... después de varias horas Tel Aviv aparece en el horizonte



El día es gris, lluvioso y neblinoso. Vamos... un Tel Aviv que, según me cuenta Ofer, es bastante inusual. Un taxi nos estafa y nos lleva a nuestro hostal: un Youth Hostal situado en Florentin, al sur de la ciudad, muy cerca de Yafo. El hostal es... bueno... la culminación del concepto "Hippie" (no nos podemos duchar hasta las 19 porque el calentador funciona con energía solar y claro... ha llovido. Aqui tenemos a Ofer, leyendo el periódico o, almenos, haciendo ver que lo lee. Y yo, escribiendo.



Diblastos!

3 comentarios:

  1. Així que l'Ofer llegeix El País, eeeh? Encara resultarà que és menys de dretes del què pensàvem!! haha Ànims, nois! :D

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  2. Joder no sabia que havieu marxat ja!
    Doncs espero que us vagi de puta mare.
    Ja us aniré llegint:)

    Peace!

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  3. suerte y no pasarse con el Chumus por las dificiles consecuencias

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