sábado, 4 de febrero de 2012

Día 6: Haciendo el guiri guapamente

Ofer Laszewicki

Daliat el Kharmel. Foto: Oliver de Ros
Hoy hacía un precioso día para hacer el guiri. O sea, estar tranquilamente de paseo. Y eso hemos hecho. Los rayos de sol se colaban por la ventana del refugio antiaéreo en el que dormimos auguraban una jornada agradable. Si, aunque os suene extraño, la mayoría de viviendas israelíes están equipadas con una habitación reforzada con paredes de más seguridad, ya que nunca se sabe cuando las trompetas de guerra volverán a sonar. No hay que olvidar que, tan solo seis años atrás, los mísiles que disparaban los milicianos de Hezbollah llegaron hasta Haifa.
Los buenos de Ricardo y Geula nos montaron un mini-tour por la región: primero, subimos a la aldea drusa de Daliat el Kharmel, en los montes del Carmel, dónde dimos un pequeño paseo, nada destacable. Luego, nos acercaron en coche a una antigua aldea construida por templarios alemanes a principios del s. XX, muchos de los cuales fueron expulsados más adelante por su afinidad con el régimen de Adolf Hitler. Y, por último, lo más interesante: visitamos el parque natural de Bet She’Arim, dónde todavía se conservan unas milenarias cuevas dónde se hicieron enterrar judíos de la época antes de cristo. Pura historia. Las fotos dan cuenta de ello.
 
Posteriormente, disfrutamos de una excelente comida en un pueblo cercano, dónde nos encontramos con toda la familia Trumper para festejar el cumpleaños de Yoni, uno de sus hijos. Mi elección fue excelente: un riquísimo carpaccio de ternera con un chorro de limón y modena, y de segundo un pescado con arroz muy correcto. Todo ello amenizado por los cuatro nietos de la familia, unos verdaderos terremotos.
Ahora estamos a punto de comer el pastel en casa y “sha fue”. El sol nos ha dejado algo atolondrados, así que mejor estar tranquilos y reposar. El Oli ahora mismo hace una pose de aplatanado importante, mientras sigue haciéndome fotos como si yo fuera el motivo principal del viaje. Que pesado.

Tamar, la nieta de Ricardo y Geula. Foto: Oliver de Ros
En fin, mañana subiremos a Aco, cerca de Haifa, una ciudad repleta de historia por todas las esquinas, rodeada de una muralla, dónde templarios, árabes y judíos han dejado sus huellas a lo largo de la historia. Pero es más importante por otro motivo: tiene uno de los más respetados restaurantes de Humus del país, “Can Said”, como diríamos por nuestra tierra. Ya os contaremos que tal. Diblastos.

Catacumbas de Bet She’Arim. Foto: Oliver de Ros

1 comentario: