miércoles, 1 de febrero de 2012

Dia 3 - El diluvio que inhabilito el hostal

Ofer Laszewicki

Parece mentira, pero en Israel llueve. Y cuando cae, lo hace con ganas. Desde primera hora de la mañana, ya escuchaba en la cama el escándalo provocado por la incesante lluvia. Por ello, hemos apurado unas horitas más bajo el calor de las mantas, relajados por ese agradable sonido que provocan las gotas al topar con el suelo.
En un día tan gris, poco podíamos hacer. No obstante, al levantarnos nos llevamos una  desagradable sorpresa: la terraza del hostal -dónde nos acomodamos todas las noches en los sofás y compartimos agradables conversas con gente de lo más variopinta- estaba totalmente inundada. Y, pese a las inclemencias meteorológicas, decidimos aventurarnos hacia Yafo, un precioso distrito al sur de Tel Aviv e importante enclave estratégico del Mediterráneo, donde se establecieron distintas civilizaciones como los bizantinos, romanos, griegos, persas, otomanos o árabes, entre otros, cientos de años atrás. El lugar es tan tranquilo ahora que hasta los gatos son afables y cariñosos.

A lo largo del paseo, hemos corroborado los entornos tan dispares que conviven en esta gran urbe: a pocas calles de diferencia, pasas de un barrio cool lleno de cafés, galerías y gente moderna a otro repleto de inmundicia, pobreza y degradación. Este es mas o menos el entorno que rodea nuestro hostal: talleres de mala muerte, cerrajeros, comercios extraños y algún que otro personaje digno de admiración. No obstante, no es en absoluto inseguro y, si te muestras afable, la gente es abierta y te da conversación.

Tel Aviv es esto, señores y señoras. Aquí conviven gentes de todo el mundo. Y, en nuestra área, hay mucha inmigración de origen africana, de países como Etiopía o Sudán. De momento, hemos comprobado que muchos de ellos deambulan por las calles sin rumbo, con la mirada fría y con la sensación de no tener un techo donde dormir. Nuestra intención, próximamente, es acercarnos a ellos y poderos explicar más al respecto.
En fin, nos vamos a dar una última vuelta por el distrito, a tomar una cerveza, que entre el sueño y a dormir. Mañana será otro día. Diblastos.

1 comentario:

  1. Però a veure, al final veu anar a córrer o no hi va haver collons amb la pluja? hahaha

    Quin gat tan adorable, i quines fotos tan collonudes, Oliver! La de la bici amb el fons tot daurat amb els contrallums m'ha flipat!

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